Argentina y la gran inmigración
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Los tiempos
de cambio se acompañan con los tiempos de la travesía en alta mar que se reduce
de unos cincuenta días de viaje en 1850 a tan sólo trece días en 1930.
En 1876, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, se aprueba la “ley de Inmigración y Colonización”. Por aquel entonces, el gobierno, con ideales europeos, pretendía poblar los vastos territorios de trabajadores que enriquecieran el país y las tierras. No es un dato menor, ya que al momento de ingresar a la Argentina había que cumplir con determinados requisitos: en principio, haber viajado en segunda o tercera clase de los barcos; presentar condiciones de ‘buena salud’; ser menor de sesenta años, y certificar alguna profesión u oficio, es decir, ser útil para el trabajo. Jornaleros, artesanos, agricultores, profesores, etc. Todos ellos, extranjeros que emigraron de sus orígenes por causas muy diversas; la más importante fue sin duda la difícil situación económica instalada en europa, familias que escapaban del hambre y buscaban nuevos horizontes para sus hijos. Llegaron también aquellos que resistían al servicio militar, medio que reclutaba jóvenes para enfrentar inminentes guerras. Estas problemáticas no dejaron de lado a quienes se embarcaron sin más que el espíritu aventurero: descubrir más allá del océano.
Tan
importante movimiento inmigratorio se vio ampliamente
facilitado por los avances tecnológicos relacionados al transporte, que
incluían barcos a vapor con mejores condiciones sanitarias y ferrocarriles que
unían los distintos territorios. Además, en aquel momento,el Estado difunde
oficialmente ciertos beneficios para los extranjeros: alojamiento temporario,
boleto gratuito hacia el lugar de trabajo y, por supuesto, la colocación en diferentes
empleos.
Más de
4.200.000 personas llegaron a nuestro país entre 1881 y 1914.
Baúles
llenos de recuerdos…valijas,boinas,gorros y sombreros…marcan en el puerto la
presencia de diversos orígenes, de diversos pasados. Luego, muchos permanecerán
y se convertirán en parte de la ‘identidad argentina’.
No es
difícil imaginarnos parte de esta historia. Muchos de nosotros somos
descendientes de inmigrantes que poblaron nuestro país y mezclaron sus razas:
italianos, españoles, franceses, rusos,alemanes…
Nuestros
abuelos, los más viejos, puedan quizás contar hoy un poco de todo aquello.
*Dejo aquí un enlace para que leas algo que encontré en otro 'blog'; para reflexionar acerca de nuestra propia historia...seguimos en deuda...